02
Oct

Entrevista a Pedro Mancini - Cómics entre el realismo y el delirio

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No sabemos si salió de un mundo de múltiples planos y personajes misteriosos o si todo este universo simbólico salió de su cabeza casi sin pelo para asustar, hacer pensar o hacer reir a quienes lo lean, hoy te mostramos el trabajo de Pedro Mancini el historietista que dispara rayos por los ojos.

Cuando empecé a escribir en Rock N' Board, aprovechaba cada ratito entre llamadas monótonas de una oficina monótona, en una ciudad llena de ruido, sentada en una silla frente a una computadora con paredes en los cuatro costados y luz de tubo, los "tiempos muertos" se convertían en despuntes personales a través del rectángulo de la pantalla. Así comenzó una búsqueda incansable de gustos e intereses, admiración, ganas de hacer cosas y una especie de adicción a las artes visuales. De ese tiempo surgieron proyectos como la Vendimia Urbana (que hoy ya cuenta con 3 ediciones), y me puse en contacto con artistas como Georgina Ciotti a quien tuvimos el lujo de entrevistar en su propia casa.

Pero también, llevada por el entusiasmo y la ansiedad, me contacté con mucha gente genial a la que le debo una nota todavía. Hoy saldo una cuenta pendiente con Pedro Mancini, un dibujante de historietas del que me llamó mucho la atención la estética de sus dibujos y su humor negro, en aquél momento compartimos charlas en las que la conclusión fue: "Hay que hacer algo con todo esto, muchos dicen y después no pasa nada".

Contra esos personajes fantasmas de la cultura hoy publico esta entrevista, porque desde Rock N' Board creemos en el compromiso que asumimos con la cultura urbana, porque queremos seguir trabajando por y para esa cultura y sobretodo porque Pedro es un artista genial que nos dio una entrevista que no tiene desperdicio y queremos compartirla con ustedes.

- ¿Podrías presentarte para quienes no te conocen?
Mi nombre es Pedro Mancini, soy dibujante e historietista. Nací en Ituzaingó, una localidad del conurbano bonaerense en donde la gente vive en cuevas y se alimenta de niños que comen perros que comen gente. Mentira, no viven en cuevas pero si se alimentan de niños. Y bueno, también hay algunos pocos dinosaurios, pero de los buenos.
Me gusta mucho dibujar, tocar la batería y hacer cosas antiguas, como leer y mirar películas.

- ¿Cómo llega el cómic a tu vida?
No tengo un recuerdo preciso, mas bien creo haber tenido una infancia llena de cómics, dibujos animados y juguetes. Un niño malcriado por mis padres y mi abuela. Mis viejos me cuentan que, siendo muy chico, pedía todas las noches que me leyeran “El suplicio de Man-e-faces”, un mini cómic de los que venían con los muñecos de He-man.

- ¿Cuáles han sido tus influencias artísticas?
Van desde cosas que conocí de muy chico, como los dibujos animados de Thundercats, He-man, Mazinger Z, TMNT, Transformers, pelis como Laberinto, Ghostbusters, etc. hasta un montón de cosas que descubrí siendo mas grande, la literatura de Philip K. Dick, William Burroughs, Theodore Sturgeon, el cine de David Lynch, Andrei Tarkovsky, Jim Jarmusch, entre muchos otros. Y sobre todo creo que la música es una de mis mayores influencias. Músicos como Ornette Coleman, John Zorn y Sun Ra siempre están presentes en lo que hago.

- ¿Qué lo que más te gusta de hacer cómics?
Supongo que la parte creativa, crear un mundito con sus personajes y escenarios, darle vida. Pero hay partes mas mecánicas del proceso que también me gustan mucho, como entintar. Detesto borrar los lápices después del entintado, y algunas partes del trabajo con compu, como agregar los diálogos. Por último, me gusta una vez que empiezo, pero en principio sufro bastante el trabajo a color directo. Son muchas decisiones que hay que ir tomando, me cuesta mucho arrancar.

- ¿Cómo definirías tu estilo?
Mmm podría inventar un nombre estrambótico para impactar, pero después me sentiría un nabo. Yo quiero hacer algo como lo que hacía Boris Vian en su escritura. Algo con un componente absurdo muy importante y con mucho humor negro. También me gusta como define el escritor Alberto Laiseca a su literatura. La llama realismo delirante. Ojalá lo mío ande por ahí.

- ¿Qué podés contarnos acerca de tu proceso creativo?
De alguna manera mágica que nunca voy a entender del todo, aparecen imágenes inconexas en mi cabeza. Muchas veces a partir de cosas que veo, escucho o leo. Después es cuestión de tirar de ese hilo, te diría que las historias se van construyendo solas. Cuando se trata de mi laburo mas experimental, no me interesa entender todo lo que va apareciendo al instante. Voy avanzando a ciegas, confiando en que va a terminar todo mas o menos bien. En cambio en los trabajos que tienen humor, estoy un poco mas atento a lo que el lector recibe. Quiero que se entienda una idea mas precisa.

- ¿Qué podés contarnos de cómo construís los personajes para tus historietas?
En cuanto a lo visual, siempre trato de que mis personajes tengan algo que me divierta dibujar. La vestimenta, una máscara, algún elemento. No me bancaría una novela gráfica de 120 páginas sobre un tipo normal de traje y corbata. Sobre su personalidad, depende bastante de si trabajo con un guionista, en donde también entra su idea de cómo tienen que ser los personajes, o si trabajo yo solo, en donde puede ser mas complejo, o tan simple como que uno se está representando siempre a uno mismo. Son como fragmentos de mi propia personalidad, diseminados en muchos y muy distintos personajes.

- ¿En qué proyecto estás trabajando en este momento?
Estoy trabajando en mil cosas a la vez, me estoy por volver loco, pero supongo que no queda otra. Trabajo desde hace varios años (con varias interrupciones en el medio) en Niño Oruga, una historia muy importante para mi, porque cuento la relación, bastante compleja, con mi abuelo, el actor Ricardo Passano.

Siempre estoy haciendo nuevas tiras de uno de mis personajes, Alien Triste (mientras espero que se edite el primer libro en Francia y acá). También hago una tira que se llama “El jardín increíble”, que sale en la revista Güarnin! Y en Lo que babel no se llevó, un suplemento que sale en el diario Argentino, de Gualeguaychú.
Ahora estoy por empezar una novela gráfica con guión de Damián Connelly (me da un poco de pánico porque va a ser a color, y ya saben). Va a ser mucho trabajo, pero me gusta, es un desafío.

- ¿En qué muestras has participado últimamente?
La última muestra en la que participé es una colectiva en Italia sobre un libro que acaban de editar Marco Taddei y Simone Angelini, dos autores amigos italianos, “Altre storie brevi”. Muchos dibujantes hicimos versiones de los personajes de dicha novela gráfica.

Y la semana pasada se hizo una retrospectiva sobre los nueve años de trabajo de mi grupo junto a Darío Fantacci y Santiago Fredes, “Niños”. Eso fue en la galería Ambos Mudos, en San Isidro, y estuvo buenísimo.

- ¿Qué podés contarnos de tus muestras en Europa?
Las dos primeras, que fueron en Francia (organizadas por Claire Latxague (editora de Insula y una gran amiga, que acompaña mi trabajo desde hace varios años) fueron raras estando yo acá. Obviamente una alegría enorme por el logro, pero era difícil hacerse una verdadera idea de lo que estaba pasando. Este año tuve la suerte de ser invitado al festival Lyon BD, y de esta manera pude conocer el lugar en donde se hizo la segunda muestra (la Fondation Bullukian) y a la gente involucrada (sobre todo a Fanny Robin, la persona encargada en ese lugar) y así todo cobró mas sentido.

En mi visita a Italia presenté Hermano (novela gráfica junto a Darío Fantacci, editada allá a través de Bel Ami Edizioni) en la Librería K, gracias una vez más a Simone Angellini y a MarcoTaddei, y participé junto a Natalia Lombardo, Dante Ginevra, Michela Tobiolo y Simone Angelini de la muestra Teste Creattive. Esa experiencia fue increíble y por suerte nuestro trabajo tuvo muy buena recepción.

- ¿Qué proyectos se vienen a futuro?
Además de todo lo que te conté antes, estoy preparando un libro de ilustraciones sobre el libro infantil alemán Der Struwwelpeter, junto a Juan Pez, Natalia Lombardo y Daniela Arias.

En algún momento voy a empezar una novela gráfica acerca de una ciudad imaginaria con Federico Grunauer en guión. Voy a ilustrar un cuento escrito por mi novia, Lucía Álvarez. Y espero en algún momento retomar “No soy Hordak”, un cómic que hacía en los ratos libres y en pequeñas entregas.
Tengo ganas también de tocar mas con mi banda, Öesterhell (es una banda en donde somos todos dibujantes, están Germán Cufre, Federico Gude, Iván Riskin y Ezequiel García. Es bastante mala pero no nos importa).
Ah, y algún día voy a hacer He-man LSD, una muestra colectiva sobre los personajes de MOTU. Todo eso en los próximos veinte años.

-¿Por qué te quedaste pelado?
Supongo que es culpa de mi tío, que también es pelado. Una lástima porque disfrutaría mucho hoy en día de mi antigua cabellera glam.

- ¿Cómo adquiriste el poder de disparar rayos por los ojos?
Una vida marginal y de constantes frustraciones generan ese tipo de poderes sobrenaturales. Eso y el hecho de no hacer ningún deporte.

- ¿Qué puede causarte escuchar Pearl Jam?
Nada demasiado grave, solo me aburre bastante. Me hace un poco de gracia ese tipo tan melodramático a esta altura. Para mi gusto le falta ciertos componentes esenciales, como humor o cierto cinismo. Son adolescentes de una forma que no está buena (no como los Ramones, que son adolescentes, pero son lo más). Yo se que hay cosas peores, pero esta banda representa bastante bien todo lo que no me gusta.

- ¿Algo que quieras agregar?
No, que algunos temas de Peral Jam si me gustan. El primero de Versus. Y un poco Do the evolution, pero más por el video.

- ¿Agradecimientos?
Gracias a vos por la entrevista.

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