Manu Chao volvió a Mendoza después de más de 2 años de hacerse esperar presentando su nuevo proyecto La Ventura, y su retorno a nuestra provincia fue una fiesta desde principio a fin.
El clima se empezaba a preparar con “los toques teloneros” de Lucha libre y los William Boo, y un conjunto de murgas organizado por la murga del B° La Gloria, que puso a saltar a los primeros presentes y recordó a Pablo González, murguero de 13 años que falleció en 1999 atropellado, hecho que nunca se esclareció.
Después de tanto esperar, pasadas las 21:50 entro Gambeat (Bajo) con toda su potencia al grito de “Buenas noches Mendoza” haciendo que la tan ansiada espera llegue a su fin, Manu Chao estaba tocando de nuevo en nuestra provincia y no importaba más nada. Solo disfrutar. Ese sería el inicio de una fiesta que duraría 2:15 hs (siempre me queda chico el tiempo cuando se trata de Manu Chao). De a poco se fue sumando el resto de la banda, que esta vez solo serían Madjid (Guitarra), Philippe (Batería) y Manu para dar comienzo al show.
Entonando las primeras estrofas de Mr Bobby empezó el concierto acompañado de truenos que amenzaban contra la fiesta, pero a nadie le importaba mucho. Fiel a su estilo el toque estaba cargado de potencia y éxtasis, la gente lo disfrutaba y coreaba cuanta canción sonara. Así fueron pasando temas como Bienvenida a Tijuana, Por el suelo, Sueño de Solentiname, esa altura ya empezaban a caer las primeras gotas que hacían del show un momento especial; ese que todos los que fuimos estábamos esperando.
Con una puesta en escena sencilla que incluía una gran bandera que rezaba “Si al agua y no la mina”, Manu Chao puso a bailar a las 7 mil almas que se habían hecho presentes (el estadio da para una mayor capacidad, solo 7 mil entradas es atentar contra la cultura musical). Y así tras una hora y veinte de recital la banda hacia su primer amague que el show iba a terminar, solo para volver a tocar con más fuerzas. Por ese entonces ya habían sonado algunos clásicos como Clandestino, Me gustas tú y King Kong Five.
La lluvia no paraba, algunos corrían a cubrirse en algún rincón para seguir disfrutando, mientras que los más intrépidos cantaban y bailaban bajo la misma, nada iba a hacer que la mística se perdiera. Y Manu era conciente de esto y no dejaba de tocar por más temporal que atentara contra el show, mientras nos regalaba el cover de Bob Marley, Iron Lion Zion. Minutos más tarde y tras presentar a sus músicos, empezaría a sonar Mala Vida para hacer que todo el estadio explote cantando. Luego el clásico Sidi H´bibi cantado por Philippe, marcaría el principio de la despedida.
Con un emotivo saludo entre el público y la banda concluiría la ceremonia, ahora solo queda esperar una nueva visita de Manu por Mendoza.
A destacar, parte de la recaudación del show será donado al barrio La Gloria para la creación de la Biblioteca popular.
Fotos por: Lucas Elmelaj
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